cuando los tenedores empiezan a hablar...



Natalie Dee y su marido Drew, viven en una casa en Columbus Ohio, con un bebé y dos perros pequeños. O es muy entretenido por allí, o tienen mucha imaginación, ya que su humor algo surrealista pero sobre todo muy simple y extrañable da muy buen rollo. Desde cocodriles que sueñan con ser una cartera de grande hasta donuts vestidos de reyes, el sarcasmo es directo y muy digno de varias sonrisas. Echad un vistazo

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